Las redes sociales son una buena forma para comunicarse. Pero tienes que tener en cuenta que todas las imágenes y vídeos que subes a Instagram, Facebook, Twitter, TikTok o a cualquiera de las redes sociales que uses a diario, se pueden descargar al instante de tu perfil y, si no tienes cuidado, pueden ser vistos y utilizados por personas que ni siquiera conoces sin que te des cuenta. Incluso las imágenes que envías por WhatsApp pueden acabar en malas manos.

Por eso, antes de compartir cualquier imagen tuya siempre tienes que pensar muy bien qué foto o vídeo estás publicando, qué cuenta de ti, y qué pasaría si la viesen otras personas aparte de a las que se las has enviado. Ten en cuenta que una vez que la has compartido puede circular por toda la red sin que tengas ningún control sobre ella y ser vista y compartida por gente que tú no querías que la viese.

Además, en ocasiones las fotos de las redes sociales son aprovechadas por otras personas para crear perfiles falsos para hacerse pasar por ti y publicar contenido en tu nombre, lo cual te puede crear graves problemas. A veces también usan los perfiles falsos para estafar a otras personas, o para usarlos en publicidad de servicios engañosos o directamente falsos. Y se han dado muchos casos en los que fotografías íntimas que se han compartido en las redes han acabado en anuncios de páginas de pornografía.

En Internet también hay programas que se dedican a rastrear las redes sociales recopilando retratos y selfies en las que se nos vean bien la cara y los ojos. Esas fotos las utilizan para engañar a los sistemas de seguridad biométricos o para mejorar la tecnología de reconocimiento facial.

Para no tener problemas con tus fotos y vídeos, presta mucha atención a la configuración de privacidad de cada una de las redes que usas, y párate a pensar sobre lo que compartes. Así conseguirás que tus contenidos solo los vean las personas que tú quieras.